Vox está viviendo uno de sus momentos más bajos, la crisis en la que se encuentra inmerso se agrava. A los malos resultados electoral del pasado 23 de julio (perdieron 19 diputados), se suman dos renuncias importantes de diputados electos que han decidido no recoger el acta: la de Iván Espinosa de los Monteros y la de Juan Luis Steegmann. ¿Cómo afectan estos dos abandonos a la formación política liderada por Santiago Abascal?
Juliàn Claramunt, miembro de Passes Perdudes, sostiene que el hecho de que «el sustituto de Espinosa de los Monteros tampoco recoja el acta, sigue siendo muestra de la crisis interna que sufre Vox. No tenemos mucha información porque el partido es muy cerrado, pero se intuye que la situación debe ser tensa. Que se siga hablando de perfiles que se marchan, refuerza la idea de barco a la deriva». En el caso concreto de Espinosa de los Monteros, precisa que «la gran mayoría de los electores de Vox son exvotantes del PP. Estos se han acercado al partido de Abascal por su desencanto con los populares o porque son un espacio menos acomplejado. Pero esta bolsa de votantes se incomoda con los posicionamientos más radicales del partido. Espinosa de los Monteros era una voz con fuerza interna que podía moderar el discurso. Sin él, la aritmética interna es más favorable a los postulados ultras, que alejan al partido de crecer en votos».
A su modo de ver, «en política la lógica del caballo ganador tiene mucha importancia, especialmente en la derecha. Cuando un partido entra en dinámica negativa, como puede estar empezando a pasar con Vox, todo invita a irse con el caballo ganador, en este caso PP. La marcha de Espinosa de los Monteros genera relato perdedor. En vez de hablar de tu partido por sus propuestas, polémicas o ideas, se habla de tu reducción, de cómo te haces más pequeño. Nadie quiere estar en un espacio que se hace más pequeño».
Gonzalo Adán, director del Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), cree que estos golpes «supondrán una nueva pérdida de apoyos, ya que Espinosa de los Monteros representaba muy bien al sector más liberal y moderado del partido. Pero habrá que ver como se gestiona su sustitución. Dependerá de esta que la bajada se tapone o se haga más grande».
¿Ha comenzado la desintegración de Vox?
Abascal es el único de los fundadores de Vox que continúa en la dirección del partido, ¿ha comenzado la desintegración de Vox? Adán defiende que «todo partido tiene su particular crisis de crecimiento. Cuando un partido crece rápido, hay muchos movimientos de personas y de poder. Hoy Vox tiene menos escaños en el Congreso que en 2019, pero muchísimos más concejales y diputados autonómicos. Tiene más poder que nunca. Es difícil pensar que un partido que gobierna en municipios, comunidades y que mantiene 33 diputados nacionales se va a desintegrar. No lo veo». También señala que «hay que esperar a ver que pasa con la investidura. Si Feijoo no gobierna, también el PP entrará en su particular crisis; y la crisis de uno influirá, para bien o para mal, en el otro.
Claramunt expone que «la salida de Espinosa de los Monteros está directamente vinculada con la reducción de apoyos que recibió el partido en las elecciones generales. Si repasamos ejemplos a nivel internacional, es muy común observar que cuando un partido pierde votos, empiezan a aparecer las bajas. Es un fenómeno que se debe al debate posterior, qué familia interna o estrategia tiene la culpa. Pero, especialmente, a que es más difícil asumir contradicciones cuando el barco va a la deriva, es decir, cuando se pierden apoyos. A su entender, «es demasiado pronto para afirmar que se ha iniciado la desintegración de Vox». En este punto, argumenta que «sigue siendo un partido con mucho peso en la política española. Además, por primera vez, ha entrado en gobiernos en diferentes autonomías; eso aporta cargos y es una ventana de oportunidad para consolidar estructura. Todo dependerá de la estrategia que salga del nuevo grupo dirigente, ya sin Espinosa de los Monteros y su gente. Yo no soy muy optimista con sus opciones, pero no se les puede dar por muertos todavía».
Se impone el ala dura
El ala más dura se está imponiendo en Vox y cabe preguntarse si esto le puede restar votos. El miembro de Passes Perdudes cree que si se traduce al discurso del partido «le restará votos. La gran bolsa de votantes del partido se disputa entre ellos y el PP. Este grupo tan amplio apuesta por Vox gracias a su falta de complejos y su discurso directo, pero se siente incomodado con sus posiciones más extremas. Digamos que miran hacia otro lado a la hora de votar. Pero si esa parte, más ultra, gana peso, es fácil que los que dudan se acaben marchando. Por el contrario, seguramente reafirmará a los más radicales. El problema es que este grupo acostumbra a ser siempre menos numeroso. Todo en Vox, empezando por su color corporativo, está hecho para disimular su radicalidad, perder a voces más ‘moderadas’ aleja voto».
El director del IBES estima que «Vox tiene que reequilibrarse, está en medio de una crisis de crecimiento. El ala moderada encontrará un sustituto, aunque quizás veamos más dimisiones. Todos los partidos entran en crisis cuando no gobiernan o pierden».
¿Que pasará si se repiten las elecciones generales?
Claramunt razona que «la intuición y los datos nos invitan a pensar que frente a unas nuevas elecciones Vox perdería votos. Seguramente no lo suficiente como para desaparecer, pero seguro que el Partido Popular le metería un buen mordisco. Cabe recordar que los escenarios de repetición electoral tienden a concentrar el voto en las opciones mayoritarias, puesto que muchos electores buscan estabilidad. El contexto actual, sería muy dañino para Vox. Es posible que los de Abascal estén más interesados que el propio PSOE en que se forme gobierno. Necesitan tiempo para reorganizar el partido y su discurso, una repetición les podría hacer mucho daño».
Adán discrepa y apunta que «podría incluso recuperar. Va a depender del motivo por el que Sánchez las repetiría. Si el PSOE sigue subiendo porque pide una mayoría sin hipotecas nacionalistas, no sólo perderá Vox, sino el PP también. Es una partida a tres bandas, donde uno depende de los otros dos».