Escribía el geógrafo de la UIB Climent Picornell, el 6.1.24 en el UH, a tenor de las incertidumbres europeas actuales que «anclados en el pasado nos domina la angustia, contemplando con mucha ansiedad todo lo que está pasando, incapaces de imaginar el futuro». Esta genial idea me lleva a releer una magnífica publicación especial del UH editado el 24.11.23 (con motivo del 130 aniversario) y titulado «La Mallorca que viene». Mi impresión es que se trata de una de las mejores publicaciones que he leído sobre un pasado de 25 años y una proyección para los próximos 25, basado en: una macroencuesta del Instituto Balear de Estudios Sociológicos con entrevistas a destacados personajes; y en un análisis demoscópico de Javier Mato. Precisamente en su página 1 ya hay una respuesta a este reto de Miguel de Unamuno al decir «procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado».
De la lectura de este oportuno documento (de 152 páginas), que recomendaría sin reservas a todos los analistas económicos, sociales y medioambientales, se pueden extraer las ideas básicas del pasado y el futuro que tanto nos preocupa a los mallorquines según la mayoría de los 2.500 encuestados. Comenzando con la selección de fortalezas que hace Gonzalo Adán (director del IBE), destacaría la calidad de vida, clima, cultura, gastronomía, patrimonio y belleza paisajística frente a las amenazas que engendra el rápido progreso por saturación, masiva inmigración, precio vivienda, perdida de tradiciones, exceso de coches, impactos medio ambientales. En resumen, la exigencia más clara que se transmite con esta encuesta a los poderes públicos es el reto de la sostenibilidad.
De las muchas y valiosas opiniones destacaría (siendo todas las demás también oportunas) las de: Jaime Martínez (alcalde de Palma) «no estamos preparados para asumir más población»; Josep Vicens (Cercle d´Economia de Mallorca) «la insularidad marca dos características, fragilidad económica y vulnerabilidad territorial»; Mateo Morro (historiador) «cuando gobierna la izquierda promete cosas que no cumple y con la derecha se dan pasos hacia atrás»; Joan Riera (periodista) «hay que mantener y luchar por cada micra de paisaje y cada grano de arena, …conservando los atributos de un lugar único con paz, armonía y serenidad»; Llorenç Huguet (catedrático de computación UIB) «vivimos en la cuarta revolución industrial… y hay que armonizar tecnología y cambio climático en una sociedad digital globalizada»; y Gabriel Escarrer (CEO de Meliá Hotels International) «la calidad nos convertirá en una potencia turística de primer orden… pues el ansia de viajar cobra mayor importancia… pero poniendo la sostenibilidad como premisa fundamental en la oferta turística».
Quisiera terminar al margen del análisis anterior comentando dos marcadores de sostenibilidad actual del medioambiente. Uno, el impacto de la huella de carbono per capita según el Observatori de Sostenibilitat de Mallorca, en 2022 fue de 11,2 tons. de CO2 por capita de turistas y 5,8 por residentes; y dos, según la Agència d’Estratègia Turística de Balears, Mallorca recibió en 2022 16,5 millones de turistas, lo que ocasionó un pico en Agosto de 1,4 millones de personas pernoctando en la isla. Con estos impactos actuales, en una Mallorca que se acerca al millón de residentes, la pregunta es ¿seremos capaces de imaginar el futuro? Una somera respuesta positiva que resumiría este reto la copio de Llorenç Galmés (Presidente del Consell de Mallorca): «La buena marcha del turismo es la que garantiza el impulso a todos los otros sectores».