Adolescència sense mòbil, el movimiento de familias contra el uso de los dispositivos móviles inteligentes a edades tempranas, ha remitido un escrito a la Conselleria d’Educació para que incorpore a la instrucción que limitará el uso de los dispositivos móviles en los centros escolares de Baleares las demandas de su colectivo. Teme que las excepciones que contempla el texto acaben convirtiéndose en un coladero y que en la práctica nada cambie.
«Queremos tener voz en la elaboración de la norma y poder aportar nuestros argumentos, en los que trabajamos desde hace meses. La instrucción es bien necesaria, porque es evidente que el uso y el abuso de las nuevas tecnologías para la relación, la información y la comunicación comportan una serie de efectos (positivos y negativos ) que pueden causar trastornos sociales. Así nos encontramos con el acceso a la pornografía a edades tempranas, el incremento de los problemas de salud mental entre la juventud, con más tentativas de suicidios, el aumento del sexting, el ciberacoso y el acceso prematuro al juego y a las apuestas en línea, entre otros», dicen las familias.
Acaban de remitir al Govern seis aportaciones para que sean incorporadas a la normativa autonómica. Quieren que el punto 2.1 de la instrucción, que deja abierta la posibilidad del uso de los dispositivos para que se permita cuando ‘esté previsto de manera expresa en el proyecto educativo del centro para determinados momentos con finalidad exclusivamente didáctica y criterios pedagógicos justificados previamente’ quede «muy bien definido para que no suponga, en la práctica, permitir el uso para cosas que no son necesarias como por ejemplo hacer un Kahoot, mirar cualquier cosa en el Classroom, mirar la hora o emplear el cronómetro», entre otras cuestiones. «Las excepciones tienen que estar restringidas y el criterio pedagógico ha de ser claro», avisan.
Piden además que la instrucción garantice que los teléfonos inteligentes se queden en casa en lugar de entrar en las aulas. «Si las familias consideran que se ha de llevar al centro que firmen un contrato y que el dispositivo se deje donde el centro considere en el horario lectivo, un lugar fuera de la vista y sel acceso del alumnado para evitar tenerlo al alcance con su potente efecto distractor», añade el colectivo.
Adolescència sense mòbil entiende que «es muy importante que los docentes puedan aplicar medidas correctoras». «La instrucción las debería incorporar. En la instrucción se habla del equipo directivo, pero lo importante no es definir quién aplicará las medidas sino qué actuaciones se llevaran a cabo».
Las familias solicitan «que se incorporen a la instrucción informes y estudios locales que demuestran que el uso de estos dispositivos está ocasionando problemas entre los jóvenes que afecta a su aprendizaje y a sus relaciones interpersonales». Entre ellos consideran esenciales el Estudi sobre pornografía a les Illes Balears del Institut Balear de la Dona y la UIB e Impacto de la tecnología en la adolescencia. Relaciones, riesgos y oportunidades de Unicef.
Los padres y madres concluyen su escrito haciendo una llamada a la formación conjunta para docentes y familias. «Es necesario trabajar juntos y eso requiere la colaboración y la implicación tanto de las familias como del prodesorado», sentencia.