El pasado año 2023 se registraron en Balears 115.688.407 pernoctaciones turísticas. Es el segundo récord histórico después de 2017, cuando hubo 116.499.040, según los datos que ofrece el Institut Balear d’Estadística de la Encuesta de Gasto Turístico (Egatur) y que hay que leer en combinación con los resultados de llegada de turistas (Frontur) que publicó días atrás El Económico.
Cada vez es más importante tener en cuenta el dato de las pernoctaciones (noches fuera de casa), en lugar del número de turistas, para estudiar la evolución de la ‘cantidad’ de turismo. La razón es que la estancia media disminuye, por tanto el mismo número de visitantes presentes en un momento determinado en Balears implica más ida y venida de turistas. La estancia media fue en el conjunto de 2023 de 6,5 días en Balears (6,6 en 2022), cuando en 2017 había sido de 7,2 días.
Hace tan solo siete años desde 2017, aunque con la pandemia parezca que ha pasado una eternidad. Fue un año excepcional por los desvíos procedentes de Turquía y Túnez y porque todavía no se había regulado el alquiler turístico. Desde entonces, apenas ha bajado el pico del verano, pero sí que se van llenando los valles del invierno. En enero de 2023 Balears tuvo un 40 % más de pernoctaciones de las que tuvo en 2017; en febrero, un 17 % más; en marzo, un 27 % más; en abril, un 14 % más; en mayo, un 6 % menos; en junio, un 9 % menos; en julio, un 7 % menos; en agosto, un 3 % menos; en octubre de 2023, un 1 % más de pernoctaciones respecto a ese mes de 2017; en noviembre, un 28 % más; y en diciembre, un 57 % más. Aun así, todavía hay diez veces más pernoctaciones en agosto (22.000.320) que en diciembre (2.187.187). Y la comparación de 2023 con 2022 arroja más pernoctaciones el año pasado en todos los meses excepto en abril (-7 %), y especialmente más en diciembre (34 %), marzo (23 %) y noviembre (21 %).
En este caso, es de manual aplicar la frase ‘Cuidado con lo que deseas, porque se puede cumplir’. Desestacionalizar, y poder trabajar el máximo posible de los 365 días del año, es bueno para los sueldos, para las pensiones, para los resultados empresariales y para la recaudación fiscal. No obstante, la desestacionalización no era esto. Era mover gente de los picos a los valles. Además, este objetivo se está cumpliendo en un momento de falta de personal cualificado acuciante, con el problema de la falta de vivienda transformado en un cuello de botella de todo el sistema económico y en medio de una catarsis social en el que las nuevas generaciones no sitúan su carrera profesional en el centro de sus vidas. ¿Hay más masificación ahora que en 2017? La memoria es traicionera y las sensaciones son difíciles de medir, pero hay 93.907 habitantes más censados hasta 2023 y 40.439 coches más hasta 2022.