Debacle. La radiografía electoral del Partido Popular en el Ajuntament de Palma, a tenor de los resultados de la encuesta realizada por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) en exclusiva para Ultima Hora, refleja un espectacular retroceso que le haría perder la cómoda mayoría absoluta que gestiona el equipo conservador que encabeza el alcalde Mateo Isern, el cual pasaría de los actuales 17 concejales a los 13 –dos por debajo de la mayoría absoluta– que le otorga la consulta demoscópica.
La actual situación de crisis generalizada se apunta como principal motivo de la pérdida de apoyos del Partido Popular, un clima que ha generado una desmotivación entre la ciudadanía que permite augurar, cuando se ha alcanzado el ecuador de la legislatura, unos niveles de abstención históricos, próximos al 55 por ciento.
Una participación tan baja acaba siendo un factor determinante en el radical cambio del panorama político de Palma que, de la actual hegemonía del PP, pasaría a una atomización en la que los partidos de izquierda podrían, en el caso de una eventual alianza, alcanzar el poder en Cort.
Avance de la izquierda
Mientras el Partido Popular sufre un severo castigo por parte de su electorado, con un bajísimo índice de fidelidad entre sus votantes y una indecisión del 31%, lo cual se traduce en una caída de hasta nueve puntos porcentuales en sólo dos años, la oposición en el Ajuntament, que se reparten el PSOE y los econacionalistas de Més, logra un tímido avance que se traduce en la obtención de un edil más en las filas socialistas, donde su cabeza de lista, Aina Calvo, logra sacar rédito a su posición de jefa de la oposición y sumar un concejal más a los que obtuvo en 2011 hasta alcanzar diez escaños.
Més, por su parte, también consigue ampliar su base electoral, pero no logra sumar más concejales a los tres con que cuenta en la actualidad.
Atomización
El espectro político palmesano tiene visos de sufrir una importante atomización como consecuencia de la bajada de la participación, toda vez que, según el resultado de la encuesta de IBES, una cita electoral que se celebrase ahora ofrecería representación en el salón de plenos del Ajuntament de Palma a Unión Progreso y Democracia, formación que a nivel estatal lidera Rosa Díez, que alcanzaría cómodamente un acta de concejal, así como a Esquerra Unida, formación que, en este caso, arrebataría dos de los cuatro concejales que perdería el PP.
Proposta per les Illes, PI, tiene un elevadísimo grado de desconocimiento entre el electorado urbano de Palma y está todavía muy lejos de poder alcanzar representación.
Las proyecciones electorales en Cort, cuando todavía faltan poco más de dos años para la celebración de los próximos comicios, están pendientes de la configuración definitiva de los carteles electorales con excepción.
Tanto UPyD, como Esquerra Unida y el propio PI todavía no han dado a conocer sus respectivos cabezas de lista, circunstancia que puede significar, llegado el momento, alguna modificación respecto a sus expectativas electorales que, según la encuesta, están muy condicionada al panorama político y económico de España y Balears que se traducen en una elevadísima tasa de abstención en una eventual cita con las urnas.
En todo caso resulta significativo destacar que no son los actuales pertidos con representación institucional los que capitalizan, de un modo significativo, el clima de descontento ciudadano. Al margen de la abstención, son las formaciones que no tienen ningún concejal en el Ajuntament de Palma los que pueden acabar desequilibrando el actual escenario político de la ciudad que tiene la mitad de todo el censo electoral de Balears y que, por razones obvias, tiene un impacto en el conjunto del panorama político de la Comunitat Autònoma.