El lugar de dónde procedemos influye de forma significativa en quién somos. Más de uno asumirá esta máxima como propia. Ignacio Molina, Senior Analyst del Instituto Elcano y profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha reparado en un detalle que para algunos quizás pase desapercibido, aunque para otros será tremendamente significativo. Ningún líder de los grandes partidos nacionales en España ha sido jamás originario de un territorio bañado por el mar Mediterráneo. Al contrario, todos los presidentes españoles de PP y PSOE han sido históricamente mesetarios, andaluces, o bien del norte de la Península, algo refrendado por la reciente elección del gallego Alberto Nuñez Feijóo al frente de los ‘populares’.

Lo mismo sucede con los de IU. ¿A caso existe una conspiración que aleja a baleares, valencianos y catalanes, entre otros, del máximo poder político y de decisión en nuestro país? El politólogo Miguel Carranza admite que «en el ámbito de la sociología de las élites políticas actualmente existen muchos estudios desde distintas variables, siendo en realidad muchos los factores que influyen en el reclutamiento de estas élites como por ejemplo las clases sociales, la lealtad con respecto de las entidades políticas y las subsecuentes redes clientelares, los conocimientos técnicos que aluden a los tecnócratas, o el género y la diversidad cultural. Todas estas perspectivas son ampliamente estudiadas desde el punto de vista académico y desde la ciencia política concretamente, pero no se ha dado importancia a la variable territorial que suele ser determinante». Según sus palabras, el lugar de nacimiento reflejado en su DNI es decisivo a la hora de que los líderes políticos impulsen y desarrollen determinadas políticas.

Carranza, actualmente profesor de la UNED en su sede de Palma, alude a que en España y con respecto a «las dos formaciones que configuraron el clásico bipartidismo español la variable territorial en la sociología de las élites políticas se ha configurado obviando la cuenca del Mediterráneo respecto de los liderazgos del partido».

Tanto Podemos como IU se incluyen en esta lógica, tan solo rebatida por Ciudadanos, «por el hecho importante de que es una formación estatal nacida en Cataluña». De este modo Albert Rivera se llevó con él de la política el registro de haber sido el único líder nacional mediterráneo de la democracia en España, puesto que Inés Arrimadas, quien le sustituyó en el cargo, nació en Jerez de la Frontera, a pocos kilómetros de las playas atlánticas de la costa gaditana.

Para el académico afincado en Mallorca, el papel histórico de los políticos baleares en las esferas de decisión de la política nacional ha sido discreto y lo continua siendo. «Salvando la participación en las carteras ministeriales de los gobiernos del Partido Popular de Abel Matutes y Jaume Matas, las demás participaciones de élites baleares han sido más bien testimoniales, recordemos los pasos de Félix Pons en el primer PSOE y de Santiago Rodríguez-Miranda en el ejecutivo de UCD, aunque con respecto del resto de la cuenca del Mediterráneo se pueden contar más líderes dentro del gobierno del Estado, pero nunca asumiendo el liderazgo de la formación política».

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