La maternidad se retrasa cada vez más hasta extremos insospechados. Solo en los últimos diez años se ha disparado un 90,8 por ciento el número de nacimientos con madres que superan los 40 años. Así, si en 2007 se registaron 481 bebés de madres cuarentonas, en 2017 se alcanzaron los 918 niños. Y todo esto, en un contexto de caída de la natalidad generalizada en las Islas, ya que en 2017 se registraron 10.288 nacimientos, un 13 por ciento menos respecto a la década anterior, cuando se alumbraron 11.918 bebés, según el Institut Balear d’Estadística (Ibestat). Por el contrario, en las franjas de madres más jóvenes hay acusados descensos en los nacimientos.
El envejecimiento paulatino de las madres de Baleares es un fenómeno que se está dando en toda España, tal y como señala el jefe de Ginecología de Son Espases, el doctor Octavi Córdoba. Advierte que en las estadísticas globales recogidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), «la edad media de las madres en 1971 era de 27 años, mientras que en 2018 asciende a 32».
Habitual
Pero sí que es cierto que en las últimas dos décadas gracias a las técnicas de reproducción asistida, ahora una madre de 45 años no es una rareza». Advierte que los embarazos de mujeres de esta edad «pueden tener un poco más de complicación, como la preeclampsia, un embarazo pretérmino o diabetes gestacional».
Por su parte, el doctor Javier Marqueta, director médico de IVI Mallorca, constata el aumento de la edad de las gestantes lo que supone un incremento de los tratamientos de fertilidad. «Las mujeres recurren a embriones congelados, la fertilización in vito, el uso de sus óvulos congelados o la donación de ovocitos», explica. A los avances en materia de fertilidad se suman «la evolución social» en la que la mujer pospone la maternidad a la espera de acabar sus estudios y conseguir la estabilidad laboral. No hay un límite legal de edad de la madre pero sí un límite ético y un límite médico, en función de la salud de la gestante», dice Marqueta.
El experto en fertilidad advierte que «ya no es una anomalía ser madre a los cuarenta y algo, pese a que disminuye la fertilidad a partir de los 35 años». Una edad en la que precisamente las mujeres ver disminuidas sus posibilidades de ser madres y que se reducen de manera drástica a partir de los 45, para lo que es imprescindible someterse a un tratamiento. Eso sí, Marqueta advierte que hay estudios que revelan que la edad del padre también influye al procrear.