La variedad de problemas que preocupa a la población, según la encuesta de IBES, está interconectada, pero todos emanan de una realidad: las Islas que se desbordan. A los ciudadanos de estas islas que rebosan les inquieta no encontrar una vivienda en condiciones en la que articular su proyecto vital, que la factura de la cesta de la compra no pare de subir mes a mes o que su pleno empleo no sea garantía de una vida digna por culpa de las condiciones laborales. Los ciudadanos de las islas que se desbordan de turistas también están hartos de atascos en carreteras colapsadas porque cada vez hay más coches, más turistas y más gente. Les preocupa el alquiler vacacional, un añadido al problema de la vivienda, que hurta pisos a los residentes para desviarlos a los turistas. En este archipiélago a rebosar, preocupa mucho el boom demográfico y poco el retroceso del catalán, circunstancias que están vinculadas. Ese 50 % más de nuevos baleares que se ha sumado a la población local en los últimos 25 años, unas 400.000 personas, no habla catalán y probablemente les dé igual que el idioma retroceda. En esas Islas que se desbordan, algunos están en la caverna de Platón, en un mundo de sombras donde la realidad es una proyección de sus obsesiones. El pacto presupuestario acredita qué preocupa a los que viven en la cueva y la encuesta de IBES, qué preocupa a los que viven en Baleares.

Fuente de la noticia