En verano la gente se va de vacaciones, pero eso es algo que las bibliotecas de la Isla no han notado en exceso, ya que tanto residentes como turistas han acudido a ellas para leer, hacer consultas por Internet o sacar en préstamo alguna novela. Además, con motivo de los próximos exámenes, las bibliotecas palmesanas Ramon Llull (c/ Institut Balear, S/N), y Josep Maria Llompart (c/ Emperadriu Eugènia, 6) abrirán hasta el 9 de septiembre, de lunes a viernes las 24 horas.
«Lo que se notó a faltar en las últimas semanas de julio y la primera quincena de agosto fue a los estudiantes», comenta Ramón Bernabeu, bibliotecario en La Misericòrdia de Palma, quien apunta, sin embargo, que «hay gente que no falla en todo el año, sobre todo los que están preparando unas oposiciones o una tesis».
«En nuestro caso aumenta el préstamo de libros», expone Carmen Llabrés, de la biblioteca Can Sales, ubicada también en Ciutat. Llabrés detalla que «en los meses de julio y agosto viene más gente para sacar libros». «Muchos de los usuarios habituales aprovechan las vacaciones para llevarse más de los habituales», aclara Lluisa Calafat, que trabaja en la librería de Cort. «Usan el tiempo libre para sacar el doble de lectura», apostilla. En la biblioteca Josep Mª Llompart los usuarios «suelen pedir, sobre todo, novelas», expresa Ana Gimeno, «aunque también bastantes guías de viaje». En el caso de una biblioteca en pleno centro turístico, como es el caso de Can Torró, en Alcúdia, «el verano hace que aumente la afluencia de gente», según comenta Francina Rincón, «puesto que no sólo vienen los residentes habituales, sino que también lo hacen los turistas, ya sean ocasionales o veraneantes asiduos».
Niños. «Como en verano los más pequeños no tienen colegio vienen mucho por las mañanas. Muchas veces vienen acompañados de algún familiar y se llevan tantos libros como pueden», explica Xisco Carvajal, que trabaja en la planta infantil de la biblioteca Can Sales. La misma opinión comparte Ana Gimeno, quien explica que «la afluencia de niños en agosto aumenta considerablemente, aunque no tengamos un espacio especialmente habilitado para ellos». «Pese a que la mayoría de padres decidan pasar la mañana leyendo con sus hijos, hay bastantes que vienen por las tardes», apuntilla Francina Rincón.
Internet. «Los usuarios de Internet son bastante constantes», dicen los bibliotecarios. «Aparte de la gente que utiliza los ordenadores que tenemos aquí, hay bastante gente que trae su portátil y utiliza Wi-fi». «Los más pequeños suelen conectarse a las web de sus personajes de dibujos favoritos para entrar en páginas de juegos didácticos», comenta Xisco Carvajal, «mientras que los jóvenes suelen mirar su correo o las redes sociales». «Aquí todo tipo de gente utiliza los ordenadores desde jóvenes estudiantes a jubilados, lo que sorprende un poco es gente de cierta edad que se anima a empezar a utilizarlos», dicen desde Cort. «A nosotros acuden bastantes turistas e inmigrantes para hacer consultas», comenta Rincón.
Actividades. Son muchas las bibliotecas que realizan actividades a lo largo del año, una práctica que, en general, se paraliza en verano, aunque el área infantil de la biblioteca de Can Sales mantiene algunas durante el mes de agosto. Otro caso es el de la biblioteca de Can Torró, que ha aprovechado el buen tiempo estival para organizar eventos en el patio exterior.
Recortes. Las bibliotecas no se libran de los problemas de la crisis, que ha afectado a su presupuesto para poder adquirir nuevo material, llegando incluso a impedir la incorporación de nuevas lecturas en las estanterías. «Nos han recortado completamente el presupuesto», comenta la bibliotecaria del espacio Josep Mª Llompart, quien sostiene que, debido a ello, «hemos recibido algunas quejas de usuarios, porque desde el mes de mayo no hemos podido incorporar ninguna lectura nueva. Esperamos que esta situación se arregle pronto, porque sería una lástima que la gente dejara de venir», concluye.