Con una sonrisa de oreja a oreja llega, cada día, Daniel Costas (2005, Galicia) a su puesto de trabajo. Con tan solo 19 años, Dani, así le llaman sus compañeros, es camarero en Café Palmanova, un local de la fundación mallorquina Esment. Durante la entrevista, el joven se emociona al hablar de «la gran familia de Esment», de la que forma parte. Y envía un mensaje motivador a los jóvenes de su generación: «Luchar por vuestras metas, todo se puede lograr con esfuerzo».
Dani trabaja en Café Palmanova desde abril de este año, cuando finalizó su proceso de formación en el centro de Esment, ubicado en las mismas inmediaciones del establecimiento donde está empleado. La fundación Esment es una entidad que atiende a personas mayores de 16 años con necesidades especiales que están en posesión del certificado de discapacidad intelectual del Instituto Balear de Asuntos Sociales (IBAS). Nacida en 1962, esta organización mallorquina se dedica a la defensa y ayuda de personas con discapacidad intelectual así como de sus familias.
Alocado, gracioso y, sobre todo, empático, con estas tres palabras le definen las personas de su entorno más cercano. Sin embargo, él prefiere el término ‘libre’: «Soy una persona muy libre, me gusta pasar tiempo fuera de casa». En su tiempo libre, Costas disfruta de las salidas con amigos y de las fiestas nocturnas. Por otro lado, Dani afirma haber encontrado su vocación en el oficio de camarero.
«Ha merecido la pena» solloza el joven al recordar su paso, de más de dos años, por los cursos de formación de hostelería y cocina impartidos en el centro de aprendizaje Esment. De sus compañeros, destaca a su «hermano» Miguel, un empleado de cocina con el que también se formó. El de Galicia agradece poder haber conocido a su compañero, ya que, afirma, «es mi gran apoyo. Pasamos tiempo juntos en el trabajo y fuera». Además, ambos amigos firmaron su contrato el mismo día.
Dani llegó a Mallorca con tan solo dos años de edad. Se trasladó con sus padres desde Galicia hasta el municipio de Calvià, dónde continua afincado. Durante su paso por el Instituto de Bendinat, conoció el programa Esment. Y aunque no superó los Estudios Secundarios Obligatorios (ESO), su vida cambió radicalmente. Dani admite que, en esa época, estaba «un poco perdido». Pero, gracias a su paso por Esment, le ayudaron a «centrarse» y fijar sus objetivos. «Desde entonces, voy con todo a por mis metas», asegura el camarero, orgulloso. De hecho, el camarero aprovechó la ocasión para enviar un mensaje de esperanza a los adolescentes: «Luchar por vuestras metas, aun cuando os digan que no es posible, y aunque haya obstáculos, con esfuerzo todo se consigue».
Dani conoció Esment a través del servicio de orientación en escuelas que ofrece la fundación de apoyo a personas con necesidades especiales. Cuando Dani todavía cursaba la ESO en el Instituto de Bendinat, entró en el programa de inserción sociolaboral. Y tras casi tres años de instrucción en cocina y hostelería, Dani consiguió su primer contrato laboral, en abril de este año. En su proceso de formación con Esment no solo ha encontrado su vocación, también ha logrado forjar vínculos con Maira y David, encargados de sala, y con su monitora Mabel. Pero no fue fácil, al principio le costó entender las obligaciones que implica el trabajo. En el futuro, el joven pretende trabajar en empresas externas, cosa que seguro conseguirá.
Cuando Dani habla del equipo de Esment no puede evitar emocionarse: «Somos familia, les he cogido mucho cariño. Sé que si me pasa algo puedo acudir a ellos en busca de apoyo». Mabel, monitora de Dani desde su etapa en el instituto, saltó en sollozos hacia él al escuchar sus profundas palabras de aprecio: «El sentimiento es mutuo, lo queremos mucho».
Daniel Costas Conles es uno de los empleados más especiales, alegres, activos y serviciales de Café Palmanova. Con su sonrisa inquebrantable y su personalidad optimista logra ganarse, día a día, a clientes, trabajadores y encargados.